domingo, 3 de mayo de 2020

ÁLAMO D'ZUBIA INTENTA CON LA COPLA

SELECCIÓN DEL LIBRO "COPLEANDO EN EL SIGLO 21
                        (fragmento)

Eh aquí mis coplas. Es de advertir que estas coplitas no están sujetas a metro, se han escrito, así, tal como las dictó el corazón, nada más. es una muestra de un trabajo alque se le ha dado por título: "Copleando en el Siglo XXI". COPLEANDO EN EL SIGLO 21 (Fragmento) Santa Elena y San Francisco siempre cuidan mi sementera, deme señora su vida yo se la cuido entera. Ay caramba, mi sementera, ya la atacó el picudo. Ay señora, quise tener su amor, lo quise, pero no se pudo. A mi alma llegaron penas nadando por el río abajo la culpa la tienes tú por no quererme ¡carajo!. Acérquese no más mi negra pa’que vea cuánto la quiero, si no me miran sus ojos segurito, niña, me muero Eso de quererla no es juego se lo juro señorita deme a probar su boca tan rica y jugosita. Allá arriba en el alto justo al pie del yarumo dejé escrito en su corteza: de amor por vos me consumo Álamo D'Zubia
Ay caramba, mi sementera,

ya la atacó el picudo.
Ay señora, quise tener su amor,
lo quise, pero no se pudo.

A mi alma llegaron penas
nadando por el río abajo
la culpa la tienes tú
por no quererme ¡carajo!.

Acérquese no más mi negra
 pa’que vea cuánto la quiero,
 si no me miran sus ojos
segurito, niña, me muero.

Eso de quererla no es juego
se lo juro señorita
deme a probar su boca t
an rica y jugosita.

Córrase pa’ca mi vida
mire que tengo frío
no se haga ya tan rogada
cosita del corazón mío.

Allá arriba en el alto
justo al pie del yarumo
dejé escrito en su corteza:
de amor por vos me consumo.

A querernos vamos negrita
vámonos pa’l planatal
no importa que la gente diga
que estamos haciendo mal.

Cuando un hombre y una mujer
quieren trenzarse en amores
no sé pa’que se mete la gente
tan sólo a causarles dolores.

Hoy supe que has regresado
de buscar a tu galán;
si yo soy tan poca cosa,
¿por qué me buscas con afán?

Te fuiste desde hace tiempo;
te fuiste para no volver
¿Qué carajo haces aquí
ahora si ya no te quiero ver?.

El príncipe azul de Juana
prometió llevarla al Chimborazo
ayer volvió a la casa la pobre
cargando con su embarazo.

Cuidado con Petronila
me dijo ayer tarde mi suegro,
no quiero que en mi familia
se mezcle un hijueputa negro.

Mirando peces estaban
en el río el niño y la niña
muchacho tan descarado
se puso a chuparle piña.

La niña aunque se enojó
al chico no le dijo nada
ahora anda sin consuelo,
solita, sin chico y preñada.

Canta, canta pajarito
allá en el copo del ciruelo,
entretenme pronto esa vieja
en tantito me le vuelo.

De mí se reía y se burlaba
la torcaza collareja se reía
de ver que yo llorara
como un bobo por esa vieja.

Ayer para el almuerzo
saqué del río un lindo bagre,
hoy en potes de basura
busco comida vinagre.

Antes, cuando estaba en el campo
yo creí que teníamos patria,
hoy, con mi nueva realidad
aprendí que en este país
los pobres somos siempre parias.

Cuando estábamos en la chagra
vimos llegar los soldados,
creíamos que a defendernos,
pero defendían a los potentados.

Estando con mi familia
planeando la nueva cosecha
vimos desde el patio, con fusiles,
cómo la muerte nos asecha

Ay Dios mío qué dolor
eso de dormir en la calle
cuánto añoro mi chocita
mi choza que quedó en el valle.

ÁLAMO D'ZUBIA


sábado, 2 de mayo de 2020

BAILE DE TANGO
 (Incluido en el libro colectivo "Cafeína". 
Muestra de Poesía del Gran Caldas. Real Editores de Caldas) 

Tango: Una y mil historias de tres minutos
contadas por los pies de los bailarines.
Romance escrito en la cadencia
de dos cuerpos henchidos de sensualidad
que se entregan sin dilación a los deliquios del amor.

Idilio centelleando en los ojos de las parejas
que en la armonía de la danza trascienden lo divino.

Halo dulce de locura trizando las alas a las penas
en cada giro, insertando sueños
en el espectador que busca hundir
sus angustias en cada nota
de ese canto que se fuga al infinito
mientras los bailarines escriben sobre el piso
la crónica de esos amores que ya no son.

ALAMO D’ZUBIA.
Julio 14 de 2010

ALMA DE LA POESÍA (Incluido en el libro colectivo "Cafeína".
Muestra de Poesía del Gran Caldas. Real Editores de Caldas)

Afuera, la lluvia
con magistralidad interpretó
la nocturna sinfonía celestial.

Adentro, la opaca luz
de una vela perezosa
se esparce con desgano
por los ilímites
laberintos de la imaginación.

Lluvia y luz,
se convierten entonces
en la mágica dualidad
del alma de la poesía.

ÁLAMO D'ZUBIA.
Febrero 6 de 1988.

PLEGARIA AL SOL (Incluido en el libro colectivo "Cafeína".
 Muestra de Poesía del Gran Caldas. Real Editores de Caldas)

Caliéntame sol el alma,
pues, de todos modos, la piel
desde un día cualquiera
se enfriará para siempre,
y no sería justo
que su tétrica gelidez
entumeciera las alas
a la libertad de mi espíritu.

Derrite sol mis angustias,
pero solidifica mis esperanzas.
Haz que la silenciosa
y mística canción de tu luz
irrigue los ínfimos plantíos
de fe que aún sobreviven
a la hecatombe infernal
de tristezas voluptuosas
que desde los rincones de la nada
me ametralla con sus burlas.

ÁLAMO D'ZUBIA.
Febrero 5 de 1988

sábado, 20 de octubre de 2012

ÁLAMO D'ZUBIA Y LA COPLA

Eh aquí mis coplas. Es de advertir que estas coplitas no están sujetas a metro, se han escrito, así, tal como las dictó el corazón, nada más. es una muestra de un trabajo alque se le ha dado por título: "Copleando en el Siglo XXI". COPLEANDO EN EL SIGLO 21 (Fragmento) Santa Elena y San Francisco siempre cuidan mi sementera, deme señora su vida yo se la cuido entera. Ay caramba, mi sementera, ya la atacó el picudo. Ay señora, quise tener su amor, lo quise, pero no se pudo. A mi alma llegaron penas nadando por el río abajo la culpa la tienes tú por no quererme ¡carajo!. Acérquese no más mi negra pa’que vea cuánto la quiero, si no me miran sus ojos segurito, niña, me muero Eso de quererla no es juego se lo juro señorita deme a probar su boca tan rica y jugosita. Allá arriba en el alto justo al pie del yarumo dejé escrito en su corteza: de amor por vos me consumo Álamo D'Zubia

miércoles, 12 de septiembre de 2012

martes, 13 de diciembre de 2011

Encuentro - poesía de Álamo D'Zubia




ENCUENTRO


Vagabundeaban, cimarronas, mis ansiedades
por los caminos de libertad sin nombre
y, apareciste tú, lozana y espléndida,
con tu sonrisa de hada traviesa
y tus pupilas de sol beodo
y me instaste ¡loca divinal!
a unir mi ideal a tu ideal.
Desde entonces
ha navegado mi ilusión en tus ojos.
He explorado el alabastro de tu piel,
buscando las huellas del amor.
Y me he perdido mil veces
en el apacible vórtice de tus orgasmos.
No pretendas, pues,
OH dorada crisálida de ensoñación,
que mis alas no enruten su destino
hacia la enhiesta espiga de tu belleza.

Agosto 30 de 1989.

sábado, 11 de junio de 2011

ÁLAMO D'ZUBIA - CUENTO - PRODIGIO DE LOS TRINOS




PRODIGIO DE LOS TRINOS

Cuando advirtió que la tarde se vestía de tristeza y de misterio, cerró los ojos. Se sumió en una congoja tan profunda que, parecía inaccesible a cualquier ideal humano. Masticó su dolor con despecho y con rabia. Más que hombre parecía una fiera ultra - sideral acorralada en un pozo oscuro. De sus labios brotó un murmullo que sonó a canción macabra o tal vez a desesperación sin fondo ni fin. Abrió los ojos y éstos, como palomas montaraces se le perdieron en el abismo azul que tantos sueños de tantos hombres se ha tragado desde su indefinible existencia. Se levantó con lentitud, y con igual parquedad encaminó sus pasos por un sendero que se le antojó imaginario, inmaterial, irreal. Le arrancó una hoja a un cetrino guamo y con ella enjugó la salobre perla de una lágrima que subió a sus ojos. Fijó sus ojos en una diminuta hormiga negra. Sonrió. Y, en aquella leve mueca fulguró un dolor de estrella herida. Siguió caminando igual de lerdo que antes. El crepúsculo lo miraba y en los destellos de sus ojos hechizados parecía mostrar satisfacción por la amargura de aquel pobre e insignificante errante. Un vientecillo, con sus tibios dedos acarició su frente. Él, con desdén quiso estrangularlo con sus manos, mas sólo logró casi llorar al ver frustrado su estúpido intento. Se dejó caer junto a un somnoliento sauce. Cerró una vez más los ojos, pero ahora anhelando dormir para siempre.

Largo rato había pasado desde que había caído bajo el viejo sauce cuando para sí, murmuró:
-¿Cuál es el camino DIOS mío?.

Se levantó despacio y miró al cielo. Sus ojos por primera vez en muchos años, se incendiaron destellando alegría.
-El poema de DIOS estoy recitando!. - Dijo al ver la comarca sideral, iluminada con gran cantidad de broches brillantes.
-Prestadme os pido - exclamó con ansiedad - siquiera sea una de vuestras antorchas mágicas para buscar un sendero que desde el instante en que dejé de ser niño he perdido.

Toda su dicha duró sólo un instante, pues cuando era su sonrisa más amplia y su mirada más ávida, un oscuro telón, halado por invisible mano, saboteó la comunicación de su espíritu con las lejanas luminarias que desde hacía muchos años no le maravillaban. Increpó furioso al numen celoso que inspiró o realizó tal saña y detestó su suerte preñada sólo de frías quimeras.

Despreocupado volvió a caminar por esos campos sin nombre y un bosque cuajado de burdas ideas le pareció su mente. Sintió odio por su sangre roja y caliente que le mantenía vivo en este mundo inclemente. Mas le faltó valor para secar su manantial vital. Un cedro frondoso, envuelto igual que él por las tinieblas nocturnas, miró conmovido el llorar de tan miserable criatura.

Pasaron las horas una tras otra. Él vegetaba, sólo vegetaba. Parecía dormir pero no más vegetaba. Y preguntaba:
-¿Cuál, D I O S mío, es el camino?

Se fue entonces sumiendo en apacible sueño cuando ya casi llegaba AURORA a saludar con su reluciente lenguaje al cosmos y a la tierra. Fue así que, de pronto pudo escuchar los trinos, y por primera vez entendió su idioma.
-¿Cuál es el camino? ¿Me lo podréis enseñar? Mirad que me hallo perdido en mitad del cosmos. Mirad que vivo aferrado a una búsqueda infructuosa. Mirad que hay una estrella intocada a la que poseer me resulta imposible. - decía todo esto a los trinos con tono que traslucía sus tedios.

Y los trinos, tras sus ecos finos y dicharacheros llegaron a sus oídos y en coro decían así:
-No es imposible esa estrella ni para tí ni para nadie. Mas bien es el hombre quien resulta imposible para ella. Aprende que si el A M O R a la par con la paz te obsesionan debes primero ser tú, propiamente tú, A M O R y Paz.

Despertó súbitamente y dijo muy quedo:
-A M O R y Paz, esas son las cosas más bellas que ambiciona el hombre. Mas, cuando está a punto de alcanzarlas, con su proceder insensato las asusta, entonces huyen despavoridos, dejándole siempre las manos vacías y condenado a continuar nutriéndose del amargo dolor del mundo y de sus propios desatinos.


ÁLAMO D'ZUBIA. Diciembre 6 de 1983.

sábado, 21 de mayo de 2011

COMENTARIO DEL AUTOR

El poema que se presenta a continuación, pertenece al libro "El Camino De Los Cantos", publicado en Junio de 2008, impreso en los talleres de la Editorial Manigraf de Manizales. Fuen escrito en momentos en que el mundo y Colombia se debatían en una enorme zozobra. Una época en que era imposible confiar en nadie. Tal situación generó en mi alma tanto desconcierto que en mis ratos de reflexión al respecto, fue apareciendo el poema que ahora les entrego.


SOLITUD

Quiero hoy estar solo,
acariciando en el silencio
las famélicas sombras del pasado.
Impulsando a mi espíritu
para que salte al abismo del futuro.

Definitivamente, hoy no quiero compañía.
Es preferible navegar en mares de soledad
a ir de la mano con quien al final del camino,
igual que serpiente rencorosa,
morderá nuestra fe imperiosa,
enseñándonos a odiar y a maldecir.

Nada hay hoy que me conduzca
a los sonrientes oteros de la amistad.

Destila el hombre tanta felonía,
que, de cada palabra suya
asciende, imponderable, un hedor a muerte.

A veces, cerca del hombre,
se opaca la luz que transciende
tras fúlgida esperanza
que fortalecerá el deseo de continuar
la férvida canción del caminante
enamorado de las confusas hadas
que van nutriendo de Amor el corazón.

Quiero hoy estar solo.
Si de todos modos, un día
se me ha de entregar maniatado
a las furibundas bestias del abandono,
¿Por qué abrirle debo los brazos
a multitudes atiborradas de odios contenidos,
en cuyas miradas, palpitan y amenazan los abismos?.

Todo en derredor son meras sinfonías
de tedios arañando las vísceras de la ilusión.

Todo no es más que un carrusel de sombras,
girando en las dimensiones de lo abstruso.

¿Y, el hombre?
Al hombre, víctima de ceguedad espiritual,
le ha sido castrada la pureza de sus ideas.
Y, echado al lodo las pocas esquirlas
que le restan de un honor
solamente conocido en borradas fábulas.

Todo tiembla en el fondo de nuestras entrañas
como sacudido por monstruos aberrantes.

La sensual hembra llamada: Confianza,
cruza pirales selvas de abstracción,
y es asechada por la gélida serpiente de la duda.,
quien la sorprende mordiendo sus gráciles muslos
que, hasta entonces, de seguridad fueran prototipo.

Todo pues, sonríe y brilla
con la insolente impavidez de las piedras.

Hay diariamente paganos altares
donde estultos ritos a vacuos dioses
convierten la mansedumbre de los hombres,
sino en la idiotez desesperada,
por lo menos sí en ferocidad incontenida.

Todo cobra aurífero brillo y se abalanza
contra las endebles conciencias carcomidas por el hambre.

Los ojos que, en su color aguamarina o esmeralda,
azabache o chocolate, dejan entrever espíritus
fraguados en las piras del rencor,
amaestrados para hundirse en las abismales
y tremolantes honduras de la sangre,
igual que extraños vampiros insaciables.

Todo amamanta, pues, las feraces larvas
donde palpitan ocultas las mariposas de la muerte.

Quiero hoy estar solo.
Voy a asomarme por las ventanas de mi miedo.
Y, hasta que mis pulmones se desangren,
voy a gritarle al universo
que, al menos, me conceda una estrella
sobre la cual puedan revolotear
las melancólicas piraustas de mis sueños.

Quiero hoy estar solo.
Pues, entre las turbas es factible
encontrar quien nos ate cadenas,
con pedrerías engastadas acaso,
pero, cadenas humillantes después de todo.

Hay quienes lo entregan todo
a cambio del oropel de una corona.
Yo prefiero la pureza de una aureola.

¡Sube espíritu a la cima!
Aunque nadie sepa que allí estás,
tú, en el silencio, eres rey del universo.

Quiero hoy estar solo.
No acercaré la fragilidad de mi mano
a los nauseabundos hocicos de la hipocresía
que socarronamente mira mis distracciones.
Hoy no seré yo quien vaya a sus entrañas.
No seré yo el brillo de su fatua corona.
No estaré yo postrado a sus plantas.
Ni seré su idólatra adulador, pues,
la vida sólo es tal cuando se alza y brilla,
no cuando por el fango se arrastra y opaca.

Todo debe ir caminando de frente a las estrellas.
Pero el hombre, daga en mano, camina hacia el hombre.

Caminar más de un hombre un mismo sendero
es igual a entrar en una cueva infestada de crótalos.

A nadie daré hoy una sonrisa de amistad.
Sólo obtendría muecas de burla.
Porque si queréis bellos gestos en vuestros amigos,
deberán brillar, no de sinceridad vuestros ojos,
sino las riquezas de vuestras arcas.

Preparad la carroña de vuestros sentimientos
para que festejen los buitres del desdén.

Todo, allá en los cantiles de la tarde,
brilla con la sutilidad de los idilios.

Pero todo, acá en los oxidables abismos de los hombres,
se enciende de incógnitas envidias.

Hoy, amistad, no esperes me tienda bajo tus frondas,
prefiero la tenebrosa canción de los silencios
a la engañosa estridencia de tu algarabía
y a tu asecho camuflado en las sonrisas.
Y a tu falsedad, palpitando en cada mano tendida.

Todo está hoy vestido de amargo escepticismo.
Los tentáculos de la desconfianza ya me han alcanzado.

Desconfianza... ¡Qué martirizante sentimiento!
¡Qué innoble, mas, necesario escudo!
¡Qué faro de luz más desconcertante!
¡Qué canción más abominable, pero inevitable!.

Si existiera de credibilidad alguien digno,
sería éste cual única estrella en una eterna noche.
Flor única sobreviviendo a las hecatombes.

Ya el diamante y la flor se han revestido
con carne de bestias alucinadas
y con brillo agobiante de estrella maldita.

No quiero hoy encerrarme
en los círculos asfixiantes
de pretensiones petulantes
que atacan al corazón inerme
con sus torvos gritos de humillación.

El hombre debe izar muy alto
la irrompible bandera de su Yo.

El hombre está llamado a caminar sobre estrellas
y a cubrir su desnudez con copos de nubes
y a conquistar los indomeñables arcanos
en el aterciopelado lomo de nocturnales vientos...
Entonces... ¿Por Qué he de plagarme de miserias
y con ellas arrastrarme por el suelo
cual el más desdichado de los reptiles?

Si puedo ser luz, jamás aceptaré ser tiniebla.
Si puedo ser cumbre, me niego a ser fango.
Si puedo ser flor, inútil será pedirme que sea espina.

Quiero hoy estar solo.
y beberé las ocultas mieles del amor
en cálices de espuma y sol.

De la sierpe el luctuoso vaho no me alcanzará.

Desde el vacío vértice de mis soledades
diviso ondular banderas de imposibles
en todos los alcores de la tierra.
Y bandadas de alciones discurriendo
por sobre mortales esplendores oceánicos.

Todo rueda por cantiles de zafiro
A las tenebrosas simas de lo incierto.

El hombre es un prado habitado por demonios
y un lago donde viven derrumbados.

Fondearé hoy la leve barcaza de mi mirar
junto a los playones del horizonte.
Y si las nubes arrasan los vagorosos carros
que transportan mis sueños a las estrellas,
bajaré al estéril fondo de mis silencios
por si posible fuera extirparle a la nada
aureoladas guitarras para cantarle al Amor.

Todo cuanto gira en torno al hombre
es rara mixtura de desdicha y Amor.

Si, como creo, por cada humano que nace,
DIOS en el cosmos enciende una estrella...
¿Por qué pretendéis dar luz a mis caminos
con insulsas palabras que ni siquiera
vuestra castrada inteligencia logra entender?.

Todo en torno es eco de incoherentes griterías.
Y YO , igual que un loco pájaro errante,
quiero irme hoy por el mundo... pero... Solo

Mayo 5 de 1988.